jueves, 15 de noviembre de 2018

Consumidos por el consumo




El consumo es algo que está presente en nuestro día a día. Por sí mismo, no se refiere a nada malo o perjudicial, es el hecho de utilizar bienes para satisfacer nuestras necesidades y nuestros deseos. También es cierto que vivimos en una sociedad de excesos, por lo que nuestros deseos en lo que al consumo se refiere son cada vez mayores.

La nuestra es una sociedad de consumo, y tendemos cada vez más a producir y consumir productos o bienes que son cada vez menos necesarios. Cuando el consumo deja de basarse en una necesidad y empieza a ser un mero capricho cambia de nombre, y pasa a denominarse consumismo. El consumismo es la tendencia a consumir bienes que en su mayoría no son necesarios.

Estamos cada vez más inmersos en una sociedad consumista. La “necesidad” que la sociedad ha creado de estar continuamente a la moda está acabando con nuestra ética de consumo. Nos dejamos llevar por la publicidad y la necesidad que nos crea de adquirir el último modelo de todos los productos a nuestro alrededor: las nuevas zapatillas deportivas de una marca conocida, aunque sean prácticamente iguales al modelo anterior; la nueva lavadora que podemos programar desde el teléfono móvil incluso aunque la que tengamos esté en perfecto estado; el nuevo modelo de teléfono móvil con más prestaciones que el anterior, que a la hora de la verdad realmente no utilizamos; etc.

Eso son solamente tres ejemplos, pero es la realidad de la sociedad en la que vivimos. Hemos dejado de comprar y consumir por necesidad vital y empezado a hacerlo por necesidad social. Además de esto, la facilidad que nos dan las nuevas tecnologías no favorece a la hora de mantener dicha ética de consumo, cada vez más inexistente. Hoy en día podemos comprar cualquier tipo de producto sin necesidad de salir de casa, solo teniendo acceso a Internet.

Esta era de consumismo puede parecer un problema social actual, pero no lo es. Hace casi 20 años, Adela Contina hizo una publicación en el periódico El País en la que hablaba sobre la ética de consumo, haciéndonos reflexionar sobre problemas ya surgidos al respecto en nuestro siglo, para ser capaces de analizarlos y cambiar dichas situaciones para vivir en una sociedad mejor.

Erróneamente se cree que el consumo ético es el que nos proporciona una buena vida. Por desgracia, a menos que hagamos que la sociedad cambie, ese es el tipo de pensamiento que le estamos inculcando a los miembros más jóvenes de nuestra sociedad. Hay que concienciar a los jóvenes de los aspectos negativos de una sociedad consumista y hacerles ver la diferencia que está tiene respecto al consumo. De hecho, estamos entrando en una de las épocas más consumistas del año: la Navidad. Sí bien es cierto que España es un país con cada vez más festejos consumistas, como lo son San Valentín, Halloween o el reciente Black Friday, en Navidad ese consumismo se dispara todavía más. Está realidad se ve cada vez más reflejada en las cartas que los niños les envían cada año a Papá Noel y a los Reyes Magos.

Las cartas de los niños cada vez son más largas que incluyen más juguetes. Cada 6 de enero millones de hogares españoles se llenan de ellos. La mayor parte de esos juguetes no son utilizados por los niños el resto del año, entonces ¿qué estamos haciendo mal? ¿Estamos creando menores consumistas? El siguiente test nos puede ayudar a averiguarlo.


Los expertos consideran que las cartas de los niños deberían incluir cuatro regalos: algo que quieran, algo que necesiten, algo que sirva para llevar, y algo para leer. Se calcula que los niños reciben 10 veces más regalos de los que necesitan, por tanto, crecen un ambiente de lo más consumista, el cuál, sino hacemos algo para intentar cambiar, será transmitido durante las próximas generaciones.

Debemos hacer una gran reflexión sobre la sociedad en la que vivimos. A continuación, os dejo una entrevista de José Mujica en la que habla abiertamente sobre este problema tan actual.


Y vosotros, ¿pensáis que el consumismo es un problema real en la actualidad? Os leo 😊

4 comentarios:

  1. Esmeregilda Gutierrez30 de noviembre de 2018, 21:01

    Vivimos en una sociedad de consumo y no deberíamos trasmitirselo a los niños. Muy completo tu análisis.

    ResponderEliminar
  2. Desde pequeños ya nos meten en la cabeza que lo caro es bueno y si no consumes, no estas a la moda o no eres popular o si no llevas marcas eres patetico. De ahy el consumo compulsivo.
    Cuanto más y caro mejor. Un bueno modo de describir y explicar la situacion del consumo. Consumidos por el consumo

    ResponderEliminar
  3. Triste realidad a la que estamos cada vez más acostumbrados... Estoy totalmente de acuerdo con los cuatro regalos propuestos, ya que así se ve de verdad si un regalo es necesario o no, y por tanto se aprende a valorar más esto... yo siempre soy partidaria de regalar libros antes que cualquier otra cosa, y más a los peques, para que aprendan que con 'poco' se puede obtener mucho.
    Eso, y seguir la regla de mi padre, que es un consumista empedernido... con su mismo móvil, su mismo coche, su mismo carro de la compra, etc, etc...

    ResponderEliminar
  4. Los adultos debemos ser los primeros en dar ejemplo. Tomando como referentes aquellas personas que vivieron la Transición siendo niños sabremos que muchas recibían un único regalo por las fechas navideñas, llegando incluso hasta compartirlo con varios hermanos. Esas personas han logrado crecer hasta la madurez sin caer en un consumismo voraz que cada vez adquiere unos precios más desorbitados, una obsolescencia programada inútil y una necesidad innecesaria de adquirir la mayor cantidad de productos que podamos. Me siento orgulloso de que el test me haya calificado como un consumidor muy responsable. Un artículo brillante.

    ResponderEliminar